PITUITARIA

Una entrevista con la pituitaria, 'la reina de las glandulas'

Por: CARLOS FRANCISCO FERNÁNDEZ | 8:18 p.m. | 24 de Abril del 2012

Ilustración: Gio.

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'Soy pequeña, pero capaz de desatar una catástrofe si me enfermo', dice la pituitaria o hipófisis.

Sobre el sistema nervioso, que es el rector de todas las funciones del organismo, se para la glándula pituitaria para gritar: "No solo existo, sino que soy la reina de las glándulas endocrinas". Muy segura de sí misma, la hipófisis o pituitaria asegura que el hecho de que muchos ni siquiera acierten a saber dónde se aloja la tiene sin cuidado. "Y menos que algunos ignorantes me confundan con la pepitoria... Y no se ría, que ya me ha pasado", dice.

Ya que estamos en estas, ¿en dónde vive?

Mire, estoy en un espacio muy cómodo, en la silla turca del hueso esfenoides. Mejor dicho, en la base del cráneo. ¿Se ubica?

Está bien domiciliada, pero es muy chiquita. ¿No exagera un poco con eso de 'soy la reina'? 

Veo que es de los que piensan que el tamaño sí importa. Pues sorpréndase: controlo muchas funciones esenciales, tanto para el mantenimiento interno del cuerpo como para el metabolismo celular, la vida de relación y la procreación. Y eso que mido menos de un centímetro.

¿Podría ser más específica?   

A ver, en realidad soy tres glándulas en una sola. Mi parte delantera se llama adenohipófisis, y allí produzco hormonas como la del crecimiento; la prolactina, que estimula la producción de leche; la TSH, que estimula la tiroides; otra que estimula la glándula suprarrenal; una más que promueve la ovulación (la LH), y una prima de ella, la FSH, que ayuda a la ovulación... Mejor dicho, la lista es larga. 

¿Y esa es solo la parte de adelante?

Sí. Atrás tengo la neurohipófisis, que, no es por dármelas, pero es puro sistema nervioso. ¿Cómo le quedó el ojo? Allí acumulo la hormona antidiurética, que se encarga de regular los líquidos del cuerpo, y la oxitocina, que tiene mucho que ver con un tema de su interés: el sexo y los orgasmos. ¿Descrestado?

Sí, mucho... 

Me explico: la oxitocina hace que se contraiga el músculo liso, sobre todo el del útero, lo que aumenta los orgasmos y ayuda en el parto.

¿Alguna otra cosita?

Bueno, ya que insiste... tengo una parte media que produce dos hormonas que promueven los melanocitos, que le dan ese tono negrito a la piel...

Cuando dice que es la reina, ¿significa eso que usted se manda sola?

A ver, tampoco... ¿Quién le dijo a usted que en el cuerpo alguno de nosotros se manda solo? Tengo un jefe supremo, que es el hipotálamo (puro cerebro); con él trabajo en llave. Es muy útil.

¿Será por eso que es tan grave que se maluquee?

Como cualquier otro órgano, me enfermo, y puedo dejar de funcionar total o parcialmente; cuando eso ocurre, disminuyen las hormonas (hipopituitarismo) o las produzco en niveles muy altos. Cualquiera de las dos cosas es una verdadera tragedia.

Un nombre raro, el suyo...

Para que me entienda: el moco nasal se llama 'pituita', y Aristóles y Vesalio, dos anatomistas célebres, pensaban que yo lo producía. De ahí mi nombre: pituitaria.

 ¿Por qué enfermo? 

No pocos factores afectan el funcionamiento de esta glándula

 "Me puedo infartar por lesiones vasculares, resultar infectada por bacterias o inflamarme. También las enfermedades de las áreas vecinas me pueden impactar, lo mismo que los males de depósito o los traumas. Eso puede hacer que produzca pocas hormonas". 

Puedo hasta infectarme  "La mayoría de los tumores que me afectan (adenomas) son benignos y pueden crecer mucho. Algunos hacen que produzca muchas hormonas y otros que no las fabrique. Pueden operarse, pero hay que meterse al cráneo y suministrar las hormonas que faltan".   

 'Esto causo cuando me siento mal' 

Aunque hay que confirmar con exámenes, estos síntomas indicarían que puedo estar enferma:

• cansancio, colesterol alto, estreñimiento, insomnio, mareos, tensión baja o alta, problemas con electrolitos, infertilidad, fallas menstruales, secreción anormal de leche, crecimiento exagerado o enanismo, aumento del grosor óseo, obesidad central, cara de luna llena o pérdida de masa muscular. 

CARLOS FRANCISCO FERNÁNDEZ
Asesor médico de EL TIEMPO